UNA MIRADA GENERAL

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: no por abras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2: 8-9

La gracia de Dios esta entretejida a lo largo de la Biblia, siempre presente de generación en generación desde el inicio del tiempo. En Génesis 3, aunque Adán y Eva habían pecado, Dios los buscó. Cuando se escondieron por la vergüenza y el miedo, Él fue hacia ellos. Para disciplinar su rebelión, Dios los sacó del huerto. Sin embargo, les extendió Su gracia proveyéndoles túnicas para que cubrieran su desnudez.

Al estudiar la vida de los héroes del Antiguo Testamento - como Abraham, Moisés, David, Ester y Daniel -, vemos demostrada la gracia de Dios. Ésta se expresa en el amor y la bondad de Dios. A veces Ia vemos en su intervención a favor del hombre. La gracia a menudo capacita al hombre para vencer su pecado o sus dificultades. La gracia frecuentemente nos es concedida como poder divino para que andemos en obediencia y cumplamos la voluntad de Dios en la Tierra.

La gracia de Dios se ve aún más vívidamente en el Nuevo Testamento. Jesús vino "lleno de gracia y de verdad" (Jn. 1:14-17).

En una sinagoga de Nazaret declaró que había venido… “para dar buenas nuevas a los pobres, a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor" (Lc. 4:14-21). Todo Io que hacía, - alimentar a multitudes, sanar a los enfermos, ministrar a los pobres, enseñar acerca del reino celestial, liberar a los endemoniados, resucitar a los muertos - revelaba el favor de Dios y Su deseo de actuar en favor del hombre. La expresión suprema de la gracia de Dios fue la muerte de Su Hijo en la cruz, una demostración sin igual, y por Su resurrección de entre los muertos, Jesús obtuvo para nosotros lo que jamás hubiéramos logrado por nosotros mismos. Aquel que era sin pecado, murió para que el pecado pudiera ser destruido, para que fuéramos reconciliados a una eterna relación de amor con un Padre celestial (2 Co. 5:17-28). Por gracia somos hijos y herederos de Dios (Ro. 8:15-17; Jn. 3:11). 

La gracia es resultado de la sobreabundancia de quien Dios es. No Ia recibimos por algo que hicimos. Es una dádiva de Dios sobre nosotros, un regalo totalmente distinto a todo lo que podamos recibir. La gracia transforma corazones, nos conduce a la relación con Jesús, nos da poder para resistir el temor y Ia tentación, y para hacer Ia voluntad de Dios. La gracia produce arrepentimiento e infunde fe en gratitud a Dios.

En este capítulo examinaremos la gracia con más detenimiento. Consideraremos las bendiciones de Ia gracia en nuestra vida, descubriremos el corazón paternal de Dios hacia nosotros, y aprenderemos cómo su gracia produce en nosotros un cambio de corazón y nos capacita para vivir piadosamente, dando como resultado que andemos en obediencia a Él.

 

LECCION 5 - DE QUÉ SE TRATA LA GRACIA

TEXTO BASE:  Efesios 1:3-14  y  2:1-10

En el libro de Hechos vemos que el mensaje de la gracia de Jesús siguió extendiéndose. Permeó la vida y el ministerio de Sus discípulos, y era el tema central del evangelio que predicaban. Los discípulos sabían que la gracia les proporcionaba el medio de salvación, como Pedro testifico al famoso concilio de Jerusalén "Creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos" (H 15:11). El libro de Hechos nos dice que Dios confirmó tal declaración de su gracia por medio de señales y prodigios (Hch. 14:3). La gracia permeó tan abundantemente sus vidas que llegó a ser la evidencia por la que reconocían a los creyentes en Cristo (Hch. 11:23). La joven iglesia fue instada a perseverar en la gracia de Dios, con la promesa de que ésta los edificaría (Hch. 20:32; 13:43). Cuando los discípulos eran enviados a predicar el evangelio, se les encomendaba a la gracia de Dios (Hch. 14:26; 15:40)

En cada una de sus 13 epístolas o cartas, Pablo saluda a sus hermanos y hermanas en el Señor con una bendición de gracia, y al despedirse, reafirma esa bendición. Pablo conocía el poder de la gracia para sostener a la iglesia perseguida. En sus escritos, Pablo menciona la gracia más de 80 veces; más de la cuarta parte de éstas se encuentran en el libro de Romanos. Estas referencias están entretejidas a través de sus enseñanzas para afirmar a sus lectores romanos en las verdades del fundamento de la gracia de Dios.

Pablo predica la gracia de Dios

Efesios 2:1-10

En la carta del apóstol Pablo a la iglesia de Éfeso, encontramos una de las enseñanzas más completas sobre la gracia de Dios. Demos una mirada más cercana a la gracia a través de este pasaje.

  • Nuestra condición desesperada (2:1-3)
  • Dios responde a nuestra necesidad (2:4-7)
  • Salvos por gracia (2:8-10)

Bendiciones espirituales de la gracia

Efesios 1:3-14

La gracia nos provee una relación correcta con Dios y todo lo que necesitamos para vivir en santidad en EI.  Este pasaje nos muestra lo que somos "en Cristo".

La Biblia menciona dádivas que recibimos como resultado de la gracia de Dios. Mencionaremos algunas y le sugerimos leerlas con frecuencia para recordar lo que Jesús ha hecho por usted y la posición especial que usted tiene en Cristo.

  • Jesús gustó la muerte por nosotros para que ya no tengamos temor por ella (He. 2:9)
  • Jesús llevó nuestros pecados en la cruz para que podamos morir a los pecados y vivir a la justicia, y para que seamos sanados por Sus heridas (1 P. 2:21-24)
  • Jesús nos reconcilió con Dios (2 Co. 5:17)
  • Jesús nos hizo embajadores con el ministerio y mensaje de reconciliación (2 Co. 5:21)
  • Jesús nos libró del poder y dominio del pecado y de la condenación (Ro. 5:18-20)
  • Jesús nos libró del poder de Satanás (Col. 2:13-15; 1 Jn. 3:8)
  • Jesús nos ha dado vida eterna (Jn. 3:16)
  • Jesús nos está edificando juntamente para ser morada Suya en el Espíritu (Ef. 2:22)
  • Jesús nos ha hecho hijos de Dios (Gá. 4:4-7)
  • Jesús nos ha hecho cercanos (Ef 2:12-13)
  • Jesús nos hizo conciudadanos con el pueblo de Dios y miembros de Su familia (Ef. 2:19)
  • Jesús nos hizo herederos (Ro. 8:15-17)
  • Jesús nos ha dado autoridad sobre el diablo (Lc. 10:19)

 

LECCION 6 - EL DADOR DE LA GRACIA

TEXTO BASE: Romanos 5:8-11

El mensaje cristiano es el "evangelio de la gracia de Dios" (Hch. 20:24). Dios envió a Su Hijo a redimir al mundo caído, como expresión de Su amor admirable y sin límites. Al experimentar la gracia, ésta nos permite conocer el amor de Dios, la transformación de nuestro corazón y el poder necesario para vivir en santidad y andar en obediencia a Jesús.

La acción de Dios en favor del hombre

Tal como nos recuerda Efesios 2, todos estábamos "muertos en nuestros pecados... y seguíamos la corriente del mundo". “El príncipe de la potestad del aire" dominaba nuestra vida. No importa cuán buenos hayamos sido, nuestro pasado incluía "la satisfacción de los deseos de nuestra carne". En la Biblia vemos un reflejo de nuestro corazón y aunque se describe con exactitud nuestra naturaleza pecaminosa, está escrito: "Pero Dios...". En otras palabras, Dios entró en la escena. Él tomó la iniciativa y manifestó Su bondad hacia nosotros.

La gracia es la entrada de Dios en nuestras circunstancias para intervenir en nuestro favor. Aunque somos indignos, Dios nos trata como si fuéramos dignos.

  • Dios es quien toma a los impíos y los justifica ante El (Ro. 4:5)
  • Jesús murió por nosotros cuando éramos débiles (Ro. 5:6)
  • Cuando aún éramos pecadores, Dios nos mostró Su amor muriendo por nosotros (Ro 5:8)
  • Todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios, pero somos justificados gratuitamente ante El por Su gracia (Ro. 3:23-24)

El inmerecido amor y favor de Dios hacia el hombre

Uno de los aspectos más importantes de la gracia es el inmerecido amor y favor divino. Dios desea que las personas conozcan y experimenten Su misericordia. El nos ama y nos acepta y su actitud hacia nosotros es de favor. ¿Sabía usted que Dios nos ve con una mirada de favor? Para tener una idea del amor y favor que recibimos por gracia de Dios, medite en los siguientes pasajes de los salmos.

  • Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor (Sal. 5:12)
  • Muestra tus maravillosas misericordias... Guárdame como a la niña de tus ojos (Sal. 17:7)
  • Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y ando en tu verdad (Sal.26:3)
  • Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida" (Sal. 30:5)
  • Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia... ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Extiende tu misericordia a los que te conocen" (Sal. 36:5, 7, 10)
  • Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre" (Sal. 40:11)
  • Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia" (Sal. 51:1)
  • Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán" (Sal. 63:3)
  • Respóndeme, Jehová, porque benigna es tu misericordia" (Sal. 69:16)
  • Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad” (Sal. 84:11)
  • El que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias" (Sal. 103:4)
  • Vivifícame conforme a tu misericordia” (Sal. 119:88)
  • Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado” (Sal. 143:8)

Dios como Amigo de los quebrantados de corazón

Todos hemos sufrido rechazo, algunos más profundamente que otros. Vivimos en un mundo pecaminoso, nosotros hemos pecado y otras personas han pecado contra nosotros. Aun aquellos que han tenido gran influencia en nuestra vida, como nuestros padres y otros familiares, figuras de autoridad y compañeros, nos han herido en algún momento. Tal vez esas experiencias dolorosas han hecho que vivamos inseguros, con el temor de fracasar y de sufrir más rechazo. A veces el dolor nos lleva a construir murallas en nuestra personalidad, para mantener alejada a Ia gente y no recibir más heridas.

Lo que necesitamos hacer es ir a Jesús en medio del dolor. Puesto que El sufrió más dolor y rechazo que todos, nos comprende totalmente (Is. 53:3). El desea revelarnos Su amor para consolarnos y sanarnos del dolor causado por el rechazo (Sal. 34:18; 147:3). Él nos ama y nos acepta aun cuando sentimos como si todos nos hubiesen rechazado (Sal. 27:10). Además, sabe a quiénes puede enviar a nuestra vida para que nos expresen Su amor y favor llenos de gracia.

Dios como Restaurador de lo perdido

El enemigo de nuestra alma, el diablo, hará todo lo posible para desfigurar el carácter de Dios ante nuestros ojos. Aunque nuestros padres se esforzaron para amarnos de la mejor manera que pudieron, Satanás intentó usar las heridas que ellos sufrieron en manos de otras personas para poner obstáculos en nuestra vida. En otras palabras, nuestros padres nos rechazaron e hirieron porque ellos fueron rechazados y heridos. De esa manera, dice la Biblia, los pecados del padre perpetúan de generación en generación (Ex. 20:4-6; 34:7).

Para que Satanás ya no tenga poder en nuestra vida y romper el ciclo de dolor, tenemos que pedirle a Dios Su gracia para perdonar a los que nos han herido. Puesto que las personas dañadas, dañan a otras, y las personas que han sido sanadas sanan a otras, la gracia de Dios nos liberará para bendecir a todo el que haya sido herido, a fin de que reciban el amor y favor de Dios por medio de nuestra vida.

Dios como Padre celestial

La Biblia habla de Dios como "Padre eterno" (Is. 9:6) y "Padre de huérfanos" (Sal. 68:5). Jesús se refirió a él como “Padre que estás en los cielos” (Mt. 6:9). Dios desea "re-engendrarnos en Su amor y en Sus caminos. Sólo Él puede restaurar nuestro sentido de amor, aceptación y valía, así como el sentirnos parte de una familia y tener propósito en la vida.

 En algún momento de nuestra vida, muchos nos preguntamos quién es Dios y cómo estamos relacionados con El. ¿Es posible tener una verdadera relación con Dios? Nos preguntamos: ¿Cuánto me conoce y cuánto me ama El? La Biblia nos dice que Dios es nuestro Padre celestial y nos ama en forma perfecta y absoluta. El salmo 139 nos revela el corazón de Dios respecto a nosotros, como Alguien que nos conoce y nos ama absolutamente, que siempre está presente, y nos creó en forma singular y con un propósito.

  • Salmo 139:1-6. Dios no es tan solo uno más grande de entre nosotros, ni es como nuestros padres terrenales.
  • Salmos 139:7-12. Nuestro Padre celestial siempre está presente.
  • Salmos 139:13-18. Nuestro Padre celestial nos creó en forma singular y con propósito.
  • Salmos 139:19-24. Nuestro Padre celestial nos guiará.

 

  • El corazón amoroso de nuestro Padre
  • Nuestro Padre celestial conoce todo acerca de nosotros (Mt. 10:29-30)
  • Nos amó aun cuando estábamos en nuestra peor condición (Ro. 5:8)
  • Nos ama tanto que nos adoptó en Su familia (Gá. 4:4-7)
  • Nos llama por nombre (Jn. 10:3)
  • Su amor por nosotros nunca cesa (Jer  3:13)
  • Su amor es generoso; es un amor sacrificado (Él murió por nosotros) (Jn. 3:16)
  • Nuestro Padre celestial nos ama tanto como ama a Jesús (Un. 17:23)
  • Cuando nos sentimos rechazados y abandonados, El nos recibe (Sal. 27:10)
  • Siempre está atento a nosotros y nos cuida (1 P. 5:7)
  • Conoce nuestras necesidades y provee para nosotros (Mt. 6:8, 25-32)
  • Es misericordioso y nos consuela (2 Co. 1:3)
  • Dios es generoso y nos da regalos (Mt. 7:11)
  • Cuando nos disciplina, lo hace por amor, no por ira, para hacernos volver al camino correcto (He. 12:7-13)
  • No nos compara con otros, es imparcial (1 P. 1:17)
  • Nos da las peticiones de nuestro corazón (Sal. 37:3-5)
  • Nos ha hecho Sus herederos (Gá. 4:4)
  • Nos está formando para Sus propósitos especiales (Is. 64:8)
  • Ha preparado un lugar especial para nosotros en el cielo (Jn. 14:23)

 

LECCION 7 - EL PODER TRANSFORMADOR DE DIOS

TEXTO BASE: 2 Corintios 3:18

La gracia hace mucho más que salvarnos. Permea nuestro ser y nos sostiene. Cuando andamos en la gracia de Dios, El vive a través de nosotros. Esto nos capacita para andar en obediencia, siendo más semejantes a El, cumpliendo Sus propósitos y glorificándolo. Veamos algunas de las áreas de nuestra vida en las que debemos permitir que la gracia actúe en nosotros y a través de nosotros.

  1. Poder para transformar corazones

Dios quiere que estemos en una relación correcta con El; por tanto, pone Su plomada de la verdad al lado de nuestro corazón, para exponer las cosas ocultas que nos impedirían entrar en Su presencia (Am. 7:7-9). La plomada es una medida que se usa para asegurar que algo esté correctamente alineado. La plomada de Dios, por decirlo así, es Su corazón manifestado por medio de los principios absolutos, los valores y la verdad revelados en la Biblia. Mediante éstos, Su gracia alinea nuestro corazón y transforma nuestra vida.

Todos hemos medido nuestras percepciones con plomadas falsas, puestas inconscientemente en nuestra vida por nuestros padres, por figuras de autoridad, los compañeros y la cultura en que crecimos. Esas medidas erradas nos engañaron, haciéndonos creer verdades incompletas o distorsionadas, afectando nuestra percepción de Dios, de nosotros mismos y de otros, y la forma en que nos relacionamos con los demás. Todo nuestro sistema de creencias necesita estar alineado con Dios y Sus principios absolutos, valores y verdad.

El rol de nuestro corazón

Nuestro corazón desempeña un papel importante en nuestras decisiones, acciones y relaciones

  • Es la fuente de vida (Pr. 4:23)
  • Tal como pensamos en nuestro corazón, así somos (Pr. 23:7)
  • Como el agua refleja el rostro de un hombre, así el corazón refleja al hombre (Pr. 27:19)
  • Dios mira el corazón más que la apariencia externa (1 S. 16:7)
  • El corazón es engañoso y muy perverso, ¿quién puede conocerlo? (Jer. 17:9-10)

Lo que hay en su corazón, eso es usted realmente. Dios usará situaciones y circunstancias difíciles para exponer nuestras reacciones y revelar lo que hay en nuestro corazón. Nuestras reacciones son las ventanas a nuestro corazón. Cuando vemos que algo no está alineado con la verdad de Dios, podemos invitarlo a El para que venga y nos purifique, nos sane y nos perdone, y para alinearnos correctamente conforme a los principios absolutos, valores y verdades que revela en Su Palabra. La clave es rendirse a Su Espíritu - El lo hará por Su gracia. Dios promete darnos un corazón nuevo y un espíritu nuevo (Ez. 36:26-27; He. 8:10)

  1. Poder para vivir en santidad.

 La gracia de Dios, como poder:

  • Nos capacita para vencer el pecado y vivir en santidad (Tit.2:11-14)
  • Es Su poder capacitador para vencer el pecado (Ro. 6:14)
  • Los que reconocen sus debilidades y en momentos de necesidad claman a Jesús para que los rescate, recibirán gracia para vencer el pecado (He. 4:14-16)
  • Dios da gracia a los humildes y resiste activamente toda dependencia en la capacidad humana para vencer el pecado (Stg. 4:6)
  • Para experimentar la gracia de Dios como poder para vencer el pecado, tenemos que comprender la verdad de lo que declaró Jesús: "Separados de mi nada podéis hacer" (Jn15:5)
  • Nos capacita para ministrar gracia a otros por medio de nuestras palabras (Ef. 4:29)
  • Nos capacita para poner en acción nuestros dones espirituales (Ro. 12:6; 1 P. 4:10)
  • Nos capacita para crecer a través de pruebas y dificultades (1 P 5:8)
  • Puede protegernos de la amargura (He. 12:14-15)
  • Nos capacita para tratar sabiamente con los inconversos (Col 4:5-6)
  • Nos capacita para ministrar con señales y prodigios mientras proclamamos el evangelio de gracia (Hch. 14:3)

Candidatos para la gracia

Concluyamos este capítulo viendo quiénes son candidatos para recibir la maravillosa gracia de Dios.

El pecador - Ro. 3:23-24; 5:20-21

  • Nunca descarte a los que aún no conocen a Jesús, porque son los principales candidatos para la gracia de Dios.
  • Cuando pecamos, siendo creyentes, somos candidatos para la gracia. Corra hacia Dios, confiésele su pecado y reciba Su limpieza.
  • La gracia es la forma en que Dios responde a nuestros fracasos.
  • El que no puede salvarse - Ro. 5:6, 8 (Nueva Versión Internacional)
  • Cuando nos sentimos indefensos, fuera de control, incapaces de ponernos de pie, Dios nos extiende Su gracia.

El débil - 2 Co. 12:9-10

  • La gracia y el poder de Dios se perfeccionan en nuestra debilidad.
  • Mientras más débiles llegamos a ser, la gracia es más abundante y Dios recibe más gloria (Jn. 3:30)

El necesitado - He. 4:14-16

  • El débil, frágil, desesperado y cansado.
  • Cuando tenemos necesidad, podemos acudir confiadamente al trono de la gracia, sabiendo que recibiremos misericordia y gracia para socorrernos en el momento oportuno.

 El humilde - Stg. 4:6; 1 P. 5:5-6

  • Reconocer que necesitamos a Dios nos prepara para recibir Su gracia.
  • La humildad atrae la presencia de Dios.
  • ¿Está usted dispuesto a humillarse?