UNA MIRADA GENERAL

Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.  Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? Marcos 8:34-36

Este versículo se encuentra en tres de los cuatro evangelios, recalcando la seriedad del llamamiento del Señor al discipulado. En Mateo el pasaje es precedido por el relato de la revelación que tuvo Pedro al reconocer que Jesús era el Cristo; y lo sigue la reprensión a Pedro por permitir que Satanás influya en los asuntos de Dios. Ambas experiencias fueron solo el comienzo de lo que significaría ser discípulo de Jesús. En realidad, si alguien lo seguía iba a costarle más. De los doce discípulos originales, al final diez morirían por su Mesías y la proclamación de Sus buenas nuevas, el evangelio.

Un discípulo es aquel que se somete a la tutoría de otra persona para aprender su estilo de vida y difundir su causa. Los discípulos son instruidos, corregidos, animados y entrenados a lo largo del viaje del discipulado. En resumen, el discípulo llega a asemejarse mucho al maestro, tanto en su vida como en su propósito.  Esto es lo que Jesús tenía en mente cuando llamó a hombres y mujeres a seguirlo. Los llamó para que llegaran a ser como El y discipularan a otros para hacer lo mismo.

El discípulo de Jesús no es solo alguien que cree que Jesús es real, o que asiste con regularidad a las actividades de la iglesia. Uno no se hace discípulo al bautizarse, ni tampoco se hace discípulo al diezmar, o por ser bueno. Todo es importante, pero Jesús nos dio un criterio más elevado respecto a lo que significa ser su discípulo.

En el pasaje de arriba describe lo que significaría ser discípulo de Jesús. Él dijo que el discípulo se niega a sí mismo. En realidad, si alguien lo seguía, iba a costarle y requeriría su vida misma. Para crecer como discípulo se requiere de un corazón dispuesto y deseoso de aprender Sus buenas nuevas (el evangelio), además del compromiso radical de obedecer a Cristo y al evangelio.

Un discípulo es aquel que se somete a Jesús. Se necesita el apoyo de otras personas que estén más avanzadas en su estilo de vida para aprender a difundir su causa. El desea que nos ayudemos unos a otros para madurar como discípulos. ¿Quiénes son los que le están discipulando? y ¿a quiénes está discipulando usted?

 

LECCION 12 - EL DISCIPULADO

TEXTO BASE: Marcos 8:34-38

El discipulado es un estilo de vida, no sólo membresía en una iglesia. Requiere disciplina, de ahí el término que tiene la misma raíz usada en discipulado. Se nos advierte que evaluemos el costo de nuestro compromiso porque el voto que hacemos no es holgazán ni pasivo. El llamado al discipulado es esencialmente a ser capacitadores. Al aceptar el llamado, tenemos que ser capacitados para que podamos capacitar a otros.

  1. Las condiciones del discipulado

Cuando Jesús habló a las multitudes, les advirtió: "Entrad por la puerta estrecha" Luego dijo: “Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella, porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida y pocos son los que la hallan” (Mt. 7:13-14). En ese momento, al hablar Jesús, el discipulador, indicaba el terreno sobre el que estaba parado y el camino inusual que recorrería. El viaje del discípulo no se parecería a la vida que había conocido. Además, se caracterizaba por ciertas condiciones:

  • Arrepentimiento - Mt. 4:17-22; Hch. 2:38; 26:20; 2 Co. 7:10

El arrepentimiento es un cambio de dirección; es dejar el pecado y dar vuelta para ir hacia Sus caminos. El arrepentimiento es un cambio del corazón que ocurre en respuesta a una revelación de la gracia y misericordia de Dios, de la profundidad y las consecuencias de nuestro pecado y egoísmo, y de la necesidad de tener a Jesús en nuestra vida. Esto lleva a la confesión de pecados, e incluye corregir lo malo que hicimos a aquellos contra quienes pecamos y, el pedir perdón a Dios y a los demás. El arrepentimiento refleja la disposición del corazón para que Jesús sea el Señor -para dejar que El dirija nuestra vida.

  • Fe en Jesús - Mr. 1:15; Ro. 10:9-10; Ef. 2:8-9; He. 11:6

La fe no es sólo una creencia, sino la confianza y dependencia activa en Jesús para nuestra salvación y todas las necesidades diarias. Ya no seguimos nuestra voluntad, sino que ponemos nuestra vida en Sus manos.

  • Amor a Jesus - Mt. 10:37-39; Mr. 12:28-31

Los discípulos aman a Jesús por encima de todo y de todos. Sus pensamientos, afectos, motivaciones, deseos, acciones y compromisos primordiales apoyan un amor absoluto a Dios dándole gloria y honra a Él.

  • Negarse a sí mismo y tomar la cruz - Mt. 16:24; Mr. 8:34; Lc. 9:23

Negarse a uno mismo, desde el punto de vista bíblico, es rendirse a los deseos del Espíritu Santo en vez de los deseos de la carne. La Biblia nos enseña que la carne y el Espíritu se oponen entre si (Gá. 5:16-26). Esto no significa que no podamos disfrutar de lo que Dios nos da en la vida. Simplemente significa que vivimos buscando los deseos del Espíritu Santo, en vez de ser controlados por nuestros deseos.

  • Seguir a Jesús - Mt. 4:18-22; Mr. 10:17-31; Lc. 5:27-32; Jn. 21:15-25

El discipulado pone nuestra vida completamente bajo Su señorío, permitiéndole reinar como el Amo de ella. Cuando nos comprometemos al discipulado, nos comprometemos a seguirle donde Él nos guíe (Mt. 28:20)

  1. El costo del discipulado

Cuando un escriba se acercó a Jesús diciéndole que lo seguiría a dondequiera que Él lo guiara, el Señor le presentó un cuadro vívido de lo que demandaría ese compromiso. Jesús le dijo: "Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza" (Mt. 8:19-20). Imagine al Rey de reyes, sin tener siquiera un lugar modesto que pudiera considerar su hogar. ¿Está usted preparado para seguirle a donde Él le guie?

  • Una diferencia en las normas - 2 Co. 5:17; Ef. 4:17-21

Los discípulos de Jesús viven conforme a los principios absolutos, las verdades y los valores revelados en la Biblia, no según las normas del mundo que les rodea. Los discípulos aman a Jesús por encima de todo y de todos.

  • El menosprecio de la sociedad - Mt. 5:10-12; Jn. 15:19

Puesto que los discípulos de Jesús viven para Dios, los que no lo hacen no entenderán, (estos es probable que le rechacen o se enojen, porque usted ya no encaja en su grupo)

  • La disciplina del yo – Gal. 22-23; Ef. 4:27; 1 Co. 9:24-27

El discípulo de Jesús permite que el Espíritu Santo entre en su vida, para que ajuste si actuó sin control. Decide así no dar ventaja alguna al diablo.

  • Perseverancia

Los discípulos de Jesús han sido llamados a la asignación más admirable en el mundo: conocer Dios y darlo a conocer al mundo. El viaje del discípulo tendrá altibajos, pero si nos aferramos a Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, llegaremos bien a la meta.

 

LECCION 13 - EL DISCIPULO

TEXTO BASE: 1 Juan 2:1-17

 

  1. Las características de los discípulos

Con el comentario del libro de 1 Juan.

Cuando amamos a Jesús vemos la verdad que Él nos presenta y somos transformados. Allí se nos presentan opciones respecto a nuestras acciones y actitudes. Sin embargo, responder al llamamiento del discipulado requiere que lleguemos a Aquel que nos discipula. El discípulo de Cristo renuncia a sus opciones a ser, para seguir la voluntad del Padre, santa y perfecta.

  • Los discípulos testifican de la realidad de Jesús y la proclaman (1 Jn. 1:1)
  • Los discípulos andan en la luz (1 Jn. 1:5-10)
  • Los discípulos obedecen a Jesús (1 Jn. 2:3-5)
  • Los discípulos viven como Jesús (1 Jn. 2:5-6)
  • Los discípulos no aman al mundo (1 Jn. 2:15-17)
  • Los discípulos no practican el pecado (1 Jn. 3:8-10; 5:18)
  • Los discípulos aman a otras personas (1 Jn. 3:14-18; 4:7-21)
  • Los discípulos son del Espíritu (1 Jn. 4)
  • Los discípulos no son controlados por el temor (1 Jn. 4:18)
  • Los discípulos vencen al mundo, a la carne y al diablo (1 Jn. 2:15-17; 3:8; 5:1-5, 18)
  • Los discípulos oran conforme a la voluntad de Dios (1 Jn. 5:13-15)
  • Los discípulos se guardan de los ídolos (1 Jn. 5:21)

 

  1. La causa del discípulo

Los discípulos de Jesús anhelan ver a todas las naciones adorando al Señor. En su corazón llevan la visión que describe el libro de Apocalipsis, donde toda tribu, lengua, pueblo y nación adora ante el trono de Dios. Esta pasión permea todo lo que hacen. Los discípulos perciben todo a través de esta visión. Sus decisiones nacen al ver su vida entera a través del patrón de la Gran Comisión (Mt. 28:18-20)

  • Prediquen el evangelio a toda criatura - Mr. 16:15-20

El mensaje del evangelio de gracia avanzará sólo si los discípulos de Jesús obedecen Su mandato, asegurándose de que todos tengan la oportunidad de oír el evangelio. Pablo, el apóstol, decidía su siguiente lugar de ministerio en base a donde existiera la necesidad (Hch. 13-28; Ro. 10:14- 15; 15:20)

  • Ministren como embajadores de la reconciliación - 2 Co. 5:17-21

Dios nos ha dado el ministerio y el mensaje de la reconciliación. La vida de los discípulos está dedicada a reconciliar al ser humano con Dios y, como resultado, a las personas entre sí. Esto incluye la reconciliación de familias, razas y generaciones.

  • Hagan discípulos a todas las naciones - Mt. 28:18-20

Dios creó a toda tribu, lengua, pueblo y nación para expresar Su carácter y gloria en la Tierra. El desea que ellos se reúnan ante Su trono en el cielo (Ap. 5:9-14; 7:9-12). Sus discípulos reconocen que guiar a las personas a una fe nueva en Jesús es sólo el inicio de su viaje como creyentes. Los discípulos transmiten a otros lo que a ellos se les ha transmitido - se comprometen a discipular a nuevos creyentes en las verdades de la Palabra de Dios y a ser sus mentores en los caminos de Dios.

  • Glorifiquen a Dios - Jn. 17:4; 1 Co. 10:31

Jesús glorificó al Padre cumpliendo lo que se le encomendó hacer en la Tierra. Como discípulos de Jesús, seguimos Su ejemplo. El propósito de nuestra vida es glorificar a Dios. Queremos que Jesús sea exaltado, no nosotros.

 

LECCION 14 - CUALIDADES DEL DISCIPULO (1)

Los discípulos de Jesús sobresalen porque reflejan la luz de Dios en un mundo en tinieblas. Muestran el carácter único del Dios verdadero, atrayendo al mundo hacia su Salvador. Los discípulos se comprometen a seguir a Jesús y andar en Sus caminos. Mediante esta devoción ellos glorifican a Dios.

Las siguientes cualidades están en el centro de la vida del discípulo y necesitan cultivo y desarrollo continuos en lo más profundo del corazón del discípulo. Son claves para andar en unidad con otros creyentes, y reflejan el corazón de Jesús, dando a los que no son creyentes la oportunidad de experimentarlo a El a través de nuestra vida.

I - AMOR

TEXTO BASE: 1 Corintios 13

Escoger el bien supremo para Dios, para otros y para usted.

Fundamentos del amor

  • Dios es amor (1 Jn. 4:16) Podemos amar porque El nos amó primero (1 Jn. 4:19)
  • Los discípulos aman a Jesús por encima de todos y de todo (Mt. 22:37-38; Jn. 21:15-17)
  • Debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mt. 22:39)
  • El amor es la marca distintiva para que el mundo sepa que somos discípulos de Jesús (Jn. 13:34-35)
  • Jesús mandó a Sus discípulos que se amen unos a otros, lo cual significa que es posible.
  • La mayor expresión del amor es que pongamos nuestra vida por otros y por encima de nuestra agenda (Jn. 15:13)
  • Debemos amar a nuestros enemigos (Mt. 5:44)
  • El amor de Jesús nos compele a alcanzar a los perdidos (2 Co. 5:11-21)

Cualidades del amor - 1 Co. 13:1-8

  • No importa quiénes seamos, qué creamos o cómo nos use Dios, sin amor nada somos (v. 1-3)
  • El amor es sufrido: es paciente, no se irrita con facilidad, ni se enfurece rápidamente (v.4)
  • El amor es benigno: Tiene en alta estima a los demás; reconoce las necesidades de otros y busca la forma de satisfacerlas (v. 4)
  • El amor no tiene envidia: Aprecia lo que otros poseen. sin sentir celos (v. 4)
  • El amor no es jactancioso: No procura atraer la atención hacia sí mismo, ni planea formas de dejar una impresión favorable (v. 4)
  • El amor no se envanece: No es egocéntrico; reconoce que la vida no gira alrededor de uno mismo (v. 4)
  • El amor no hace nada indebido: Siempre honra a los demás (v. 5)
  • El amor no busca lo suyo: Su interés primordial no es la satisfacción propia, sino procurar la comodidad y bienestar de otras personas (v. 5)
  • El amor no se irrita: Pone su vida por otros. Cuando no se hace su voluntad, no deja que las emociones lo controlen. No anida pronto sentimientos de rechazo ni se siente herido (v. 5)
  • El amor no guarda rencor: No enumera ofensas que han sido perdonadas (v. 5)
  • El amor no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad: Lamenta la pecaminosidad y no siente placer cuando otros caen. Desprecia la mentira y el engaño. Busca, recibe y celebra la verdad en todo momento y a cualquier costo (v. 6)
  • El amor todo lo sufre: No expone el pecado y las debilidades de otros, sino que los protege (v. 7)
  • El amor todo lo cree: Cree en la valía e integridad de una persona (v. 7)
  • El amor todo lo espera: Persiste en tiempos difíciles. El amor nunca se rinde, porque Dios es amor (v. 7)
  • El amor todo lo soporta: Continúa amando aunque no reciba amor a cambio (v. 7)
  • El amor nunca deja de ser: Aún está allí cuando todo y todos se han ido (v. 8)

El amor perdona

Perdonar es liberar a otros de las ofensas recibidas

Las heridas, especialmente las heridas emocionales, nos tientan a aferrarnos al mal que nos han hecho. Queremos creer que nuestro perdón depende de lo que nos deben y de la disposición del culpable para compensarnos por el dolor que nos causó. Sin embargo, la Biblia nos enseña lo que es verdadero perdón.

  • Jesús murió por nuestros pecados para que podamos conocer su perdón (Col 1:13-14)
  • Dios perdona nuestros pecados (Sal. 103:2-5; 1 Jn. 1:9)
  • Porque hemos sido perdonados, podemos perdonar a otros. Debemos perdonar a quienes han pecado contra nosotros (Mt. 6:9-15; Mt18:21-22)
  • Debemos perdonar a otros, así como Jesús nos ha perdonado (Ef. 4:32; Col. 3:13; Lc. 23:32-43)

 

LECCION 15 - CUALIDADES DEL DISCIPULO (2)

II – HUMILDAD

TEXTO BASE: Filipenses 2:1-11

Estar dispuestos a que nos conozcan tal como somos.

El apóstol Pablo, al reflexionar en la vida terrenal de Jesús, nos recuerda que El, "siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse". Por el contrario, Jesús se despojó a sí mismo (Fil. 2:5-11). Tomando la forma de hombre, jamás se defendió ni usó los privilegios que le pertenecían. Aunque era Rey, escogió nacer en un establo y pasar toda su vida terrenal sin demandar las comodidades de un palacio, ni oro ni linos finos.

  • Jesús es nuestro modelo de humildad (Fil. 2:5-11; Mt. 11:28-30)
  • Humildad es lo que Dios requiere de nosotros (Mi. 6:8)
  • Dios ama al humilde (Is. 66:2)
  • Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes (Stg . 4:6)
  • Debemos ser completamente humildes (Ef. 4:2-3; Col. 3:12)
  • Dios valora tanto la humildad que, si rehusamos a humillarnos, Él nos humillara usando a otras personas y circunstancias en nuestra vida (1 P. 5:5-6)
  • Un niño nos da una figura de lo que debe ser la humildad (Mt. 18:4)
  • Dios exalta al humilde en el momento oportuno (Stg.4:10 , 1 RS:5-6)

Frutos de una vida humilde

  • El humilde reconoce cuando se equivoca y otros tienen la razón.
  • El humilde está dispuesto a aprender y acepta que le corrijan.
  • El humilde promueve a otros, aunque posean las mismas capacidades, porque su humildad le da verdadera seguridad en quién es él.
  • El humilde se somete a las autoridades delegadas por Dios.
  • El humilde se siente cómodo aceptando cualquier lugar menos importante sin problema.
  • Su disposición a que lo conozcan tal como es, incluye sus dones y su actuar.
  • Reconoce a los demás y da lugar para que todos encuentren también su lugar.
  • Es imposible que exista división donde hay humildad y donde hay personas dispuestas a humillarse.

La humildad nos lleva a:

  1. El quebrantamiento

Completa rendición a Dios y dependencia de El en todas las circunstancias en la vida.

  • Dios a menudo usa a personas rendidas completamente a El.
  • Ejemplo de quebrantamiento en el jardín de Getsemaní, cuando Jesús renunció a todo y dio gloria a Su Padre haciendo Su voluntad (Mt. 26:36-46; Lc. 22:40-46)
  • Dios requiere el quebrantamiento de nuestra vida para que podamos participar en los propósitos de Su reino
  • Dios no desprecia al quebrantado (Sal. 51:17)
  • Cuando vea que Dios le está guiando a hacer su voluntad, aproveche esta oportunidad para rendir su vida y depender de Él.

 

  1. La obediencia

Hacer lo que Jesús ha pedido.

  • Jesús fue obediente a Su Padre, aun hasta la muerte en la cruz.
  • Jesús aprendió la obediencia; eso significa que también podemos aprenderla (He. 5:7-10)
  • En Hechos vemos que los discípulos fueron obedientes a Jesús. Veamos algunos ejemplos (Lc. 24:49 / Hch. 1:12-14)
  • Les dijo que predicaran el evangelio y lo hicieron (Mr. 16:15 / Hch. 2:14-41)
  • Les dijo que pusieran sus manos sobre los enfermos y lo hicieron (Mr. 16:17-20; Hch 3:1-10)
  • La obediencia a Dios sobre todos los demás (Hch. 5:29) es una expresión de nuestro amor a Dios (Jn. 14:15, 24)
  • La obediencia a Dios demuestra Su señorío en nuestra vida (Gn. 22:1-14)
  • La obediencia a Dios trae bendición (Dt. 28:1-14)
  • La desobediencia tiene consecuencias (Dt. 28:15-68). La obediencia atrasada es desobediencia.
  • Los discípulos de Jesús andan en obediencia a la verdad y a la dirección del Espíritu Santo en sus vidas.

 

  1. El servicio

Poner mi vida por otros

  • Jesús vino como siervo (Mt. 20:28; Fil. 2:5-11)
  • Jesús demostró ser siervo lavando los pies de Sus discípulos (Jn. 13:1-17)
  • El siervo renuncia a sus derechos, para así servir mejor a Dios y a otros.
  • Rendir los derechos no significa que uno no se responsabiliza por las personas y las cosas en su vida. El propósito de la rendición de los derechos es que el siervo esté a disposición de Dios, para servirle a Él y a otros, más eficazmente, no para que se vuelva irresponsable.
  • Todo derecho que no rendimos a Dios puede sutilmente dirigir nuestra vida, al punto de llegar a dominarnos (1 Co. 6:12; 9:24-27)
  • La evidencia de que no hemos rendido nuestros derechos puede incluir reacciones de ira, lástima de uno mismo o el intento de tomar el control.
  • Los siervos andan en obediencia - Fil. 2:8. Los siervos son obedientes a Dios aunque resulte contrario a lo que el mundo dice.
  • Los siervos sirven a todas las personas. Los siervos sirven a todo aquel que Dios les llama a servir, sin tener en cuenta sus antecedentes o nacionalidad, ni su apariencia física, sus actitudes o acciones.
  • Los siervos mueren al yo y viven para Dios y los demás.

 

LECCION 16 - CUALIDADES (3)

III – TEMOR DE DIOS

TEXTO BASE: Josué 24:13-24

Reverenciar a Dios y referirnos a Él en todo lo que hacemos

Dios es amor, y el perfecto amor echa fuera el temor (1 Jn. 4:18). Esto dice la Biblia. Cuando amamos perfectamente, confiamos, y nuestra confianza disipa las amenazas que trae el temor.

Entonces, ¿se ha preguntado alguna vez qué quiere decir Dios cuando dice que debemos temerle?

Temer a Dios no significa asustarse de Él, o abrigar dudas respecto a la vida que El controla soberanamente. Más bien, se refiere a un profundo sentido de admiración y reverencia, a una inclinación interior de nuestro espíritu en reconocimiento de quién Él es en verdad.

Promesas para quienes temen a Dios.

La Biblia menciona muchas promesas para los que temen a Dios. Veamos algunas:

  • Fructificación (Ex. 1:17-21)
  • Nos guarda de pecar (Ex. 20:20)
  • Bendiciones sobre nosotros y nuestros hijos (Dt. 5:29)
  • Larga vida (Pr. 9:10-11)
  • Guía (Sal. 25:12)
  • Comunión íntima con Dios (Sal. 25:14)
  • Protección y liberación por medio de ángeles (Sal. 34:7)
  • Provisión para las necesidades (Sal. 34:9)
  • Sabiduría (Sal. 111:10; Pr. 9:10)
  • Se gana el respeto de otros (Neh. 5:9)
  • Bendiciones en la vida familiar (Sal. 128)
  • Compañerismo (Sal. 119:63)
  • Riquezas, honra y vida (Pr. 22:4)
  • Deseos cumplidos (Sal. 145:19)
  • Gran bondad (Sal. 31:19)
  • Preservación de la vida (Pr. 19:23)
  • Honra para las mujeres ( Pr . 31:30 )
  • Una heredad (Sal. 61:5)
  • Bendiciones de Dios (Sal. 112:1-10)

Temer a Dios es tomarlo seriamente.

  • Es sentir profundo respeto y admiración por quien Dios es (Is. 40:12-31)
  • Es reconocer que Dios es la Autoridad Suprema en el universo (Sal. 33:8-9)
  • Nuestra obediencia a Dios está directamente relacionada con cuánto le tememos (Gn. 22:1-14
  • Dios quiere llevarnos al punto en que lo que Él nos pide hacer no sea tan importante como quién nos pide que lo hagamos. Los mandatos pierden importancia ante la gloria del Dios majestuoso que da las órdenes.
  • Temer a Dios es aborrecer la maldad - Sal. 8:13; 16:6. Dios no tolera el pecado en absoluto (Gn. 6:6-7 :19-20; Lv. 19:2). El grado en que tememos a Dios es el mismo grado en que aborrecemos el pecado.
  • Debemos tener el temor de Dios en nuestros pensamientos (Sal. 19:14; 51:6; Fil. 4:8)
  • Debemos tener el temor a Dios en nuestra lengua (Sal. 34:11-14; Mt. 12:36; Stg. 3:1-12)
  • Debemos tener el temor a Dios en la forma en que nos relacionamos con otros (Stg. 4:11-12)
  • Debemos andar en el temor de Dios en la forma en que nos relacionamos con quienes están en autoridad (Nm. 12.9-10; 1 S. 24:1-7; 2 R. 2:23-24; Sal. 105:15)
  •  El temor a Dios nos guía a buscarle en todo momento (Sal. 25:14; Sal.19:13)