SALGAMOS DE LA CAJA


LECCION 4

SALGAMOS DE LA CAJA

PASAJE BASE: Gálatas 1:6-12

Esta lección te va a ayudar a salir de las tradiciones y la religiosidad y entrar a la vida que leemos en el libro de Los Hechos.

Para vivir la vida normal como cristianos tenemos que referirnos al Nuevo Testamento, más específicamente al libro de Los Hechos, porque muestra cómo los discípulos empezaron a vivir llenos del espíritu, cómo los guiaba el Espíritu Santo. En otras palabras, el libro de Los Hechos refleja la vida normal de un cristiano que empezó con el Espíritu Santo derramándose sobre otras personas y los primeros discípulos.

¿Quiénes eran los discípulos? Eran un grupo de personas que cambió el mundo cuando el Espíritu Santo comenzó a influenciar sobre ellos. Entre ellos, mártires cristianos que murieron por su fe, porque fueron perseguidos.

UN POCO DE HISTORIA

En el año 300 algo cambió. El emperador Constantino cambió muchas cosas acerca del cristianismo y creó una religión estatal, de allí salió la iglesia Católica, y se estructuró en grandes templos, sacerdotes, papas, misas, cosas que no vemos en el libro de Los Hechos.

Luego, por el 1500, un hombre llamado Lutero, el 31 de Octubre de 1517 clavó sus 95 tesis en las puertas de la iglesia, y allí se produjo una reforma, la “Reforma Luterana”, que se basaba en la justificación por fe, que la iglesia Católica había perdido. Si bien fue una reforma de la iglesia, no la volvió al libro de Los Hechos; sacó al Papa pero siguió con la misma estructura, o sea que fue una reforma parcial.

Luego Dios envió un nuevo avivamiento, que comenzó en Inglaterra en el año 1600, el “avivamiento Bautista”, con base en el bautismo en aguas de los creyentes.

¿CUAL ES EL INICIO?

Como vemos, las cosas empezaron siempre como un verdadero avivamiento, pero algo lo aniquilaba y se volvía otra vez un sistema. Lo mismo pasó con el “avivamiento Metodista”, en 1738 John y Charles Wesley con la enseñanza de la santificación por la fe, donde se instruye a que debemos ser santos como Dios es santo.

Lo siguiente que vemos es el “movimiento Adventista” en 1830, con la esperanza de la segunda venida de Cristo.

Entre 1821-1871 vemos un nuevo mover con Finney y Moody, quienes recibieron el bautismo del Espíritu Santo y comenzaron a transmitir un mensaje de poder.

Hubo también un nuevo avivamiento en Gales, en 1904 con Evan Roberts, y surgió de ahí una nueva verdad, el Ministerio Apostólico, enfatizando en los cinco dones ministeriales, pero de todos modos ya no fue como en el libro de Los Hechos.

Luego Dios envió un nuevo mover; este evento en la calle Azusa, Los Angeles, daría nacimiento al movimiento liderado por William Seymour. El Espíritu Santo descendió con poder y nuevas lenguas como en pentecostés y la iglesia fue renovada con los dones del Espíritu Santo. Surge así en 1906 la Iglesia Pentecostal.

VERDADERO AVIVAMIENTO

De todo esto podemos aprender que el verdadero avivamiento es gente saliendo del sistema, donde los moldes se rompen y donde la iglesia toma vida como un solo cuerpo siendo simplemente discípulos de Jesús. Dios quiere sacarnos del molde equivocado y regresar a la simple y poderosa vida que viene de La Biblia.

¿Estás viviendo una vida de fe? ¿De crecimiento espiritual? ¿Desearías ser protagonista de la expansión de la Iglesia del Señor en el mundo? Hoy el Señor sigue llamando a sus hijos y los sigue enviando al mundo mientras los acompaña con su poderosa mano de amor.

 

RESUMEN - CUADRO EVOLUTIVO DE LA IGLESIA

Año

Movimiento

Tema Predominante

Hasta 300

Iglesia Católica

 

1517

La reforma (Lutero)

Justificación por fe

1609

Iglesia Bautista

Bautismo bíblico de los creyentes

1738

Iglesia Metodista

Santificados por fe

1830

Iglesia Adventista

La esperanza de la segunda venida de Cristo

1821-1871

Finnes y Moody

El bautismo del Espíritu Santo

1904

Ministerio Apostólico

Los cinco dones ministeriales

1906

Iglesia Pentecostal

Dones del Espíritu Santo

 

 

LECCION 5

LA RELIGION

PASAJE BASE: Romanos 12

Vamos a definir algunos términos que usamos normalmente cuando hablamos de iglesia y ministerio dentro del contexto iglesia. Estas palabras claves son IGLESIA, SACERDOTE, SERVICIO DE ADORACION y UNCION; y quisiera referirme a ellas aclarando lo que son.

LOS INTEGRANTES

LA IGLESIA: La iglesia no es solo un lugar donde van los creyentes. Nosotros somos iglesia. Tú y yo somos el templo del Espíritu Santo. Tú y yo somos la iglesia del Señor. No vamos a la iglesia sino que somos la iglesia del Señor.

LOS SACERDOTES: todos somos sacerdotes. Durante La Reforma de Lutero, Dios trajo luz en este tema que ya estaba escrito en la Biblia: “el sacerdocio de los creyentes”, o sea que no necesitamos un sacerdote entre nosotros y Dios. Todos ejercemos el sacerdocio de Cristo y estamos empoderados por el Señor para servir a los demás mientras maduramos en la fe.

En otras palabras, todos somos sacerdotes, con un sumo sacerdote, Jesucristo. Todos tenemos la posibilidad de ejercer los dones, de llevar el evangelio, de enseñar, bautizar y hacer el ministerio de Cristo en la tierra como Él nos encomendó. ¿Por qué? Porque nos convertimos en sacerdotes cuando recibimos el Espíritu Santo. Los líderes no son más importantes que la congregación, sino que son ayuda idónea para ayudarles a desarrollar los dones que el Espíritu Santo ha dado a cada creyente.

EL SERVICIO

SERVICIO DE ADORACION: Muchas veces pensamos que un Culto o Servicio de Adoración es una reunión, un domingo especial, o un momento especial donde las personas especiales hacen cosas especiales, como cantar en un púlpito, predicar la palabra, etc. Esto es bueno, pero ¿qué pasa con las personas el resto de la semana en la vida cotidiana? La verdadera “adoración” es cuando vamos a Dios en oración y cuando nos convertimos en Jesús todos los días de la semana.

EL ESPIRITU SANTO y LA UNCION: Hoy creemos que alguien tiene la unción y queremos que ese alguien ponga la mano sobre nosotros para recibir la unción de Dios, así va la gente buscando que Dios la toque a través de personas. Es importante resaltar que, si bien hay dones especiales impartidos por el Espíritu Santo a sus ministros, al recibir el Espíritu Santo en nosotros no necesitamos una nueva unción. Todos tienen el mismo Espíritu Santo y la misma unción. Hay gente que va a las actividades religiosas donde el sacerdote hace todas las cosas, esperando recibir algo para poder salir y servir a Dios, pero no es así.

LOS DONES

Tenemos todos los dones por medio de Jesucristo. No todos tienen el don de sanidad, pero todos pueden sanar, igual que no todos son evangelistas pero pueden evangelizar, lo mismo profetizar. Los dones se van manifestando y creciendo como un musculo al ser ejercitado, mientras servimos a la comunidad.

Está bien ir a la iglesia, tener un sacerdote y un servicio, pero no limitarlo solo a eso, todo esto debe suceder en nuestra vida cotidiana.

 

 

LECCION 6

EL LIBRO DE LOS HECHOS

PASAJE BASE: Santiago 1:19-27

Cuando somos salvos somos el cuerpo de Cristo. Somos piedras vivas. Lo que necesitamos es empezar a caminar en el poder del Espíritu Santo.

Para esto debemos orar, primero para que las personas se arrepientan, luego orar por el bautismo en el Espíritu Santo y que comiencen a hablar en lenguas, a continuación bautizarlos en agua, y después salir con ellos y dejar que oren por los enfermos. O sea, hacer lo que Jesús nos pidió que hagamos. Y para hacer esto no necesitas de dones especiales sino que necesitas ser obediente.

EL PROPOSITO DE LOS DONES

Ahora, Dios puso en nosotros dones. Los dones tienen dos propósitos: (1) Es para complementar el cuerpo de Cristo (2) Sirven para equipar a las personas. (Ef. 4:11-12).

Si somos discípulos de Cristo entonces podemos funcionar como profeta, apóstol o evangelista, pero antes que nada somos un discípulo de Cristo, y si bien podemos tener habilidades y dones espirituales más desarrollados que otras personas en algún área específica, ésta no debe convertirse en una posición sino en una función para bendecir al cuerpo de Cristo. Es decir, si soy fuerte en un área tengo que enseñarlo a los demás. No se me imparte un don imponiéndome las manos sino enseñándome. Me muestra lo que tiene y me ayuda a encontrar el camino.

Jesús usó la palabra “discípulo”, luego 11 años más tarde los llamaron cristianos, Hechos 11:26, porque se veían como Cristo, hacían lo que Jesús hizo y les ordenó hacer. Esa es nuestra meta, ser discípulos de Cristo y hacedores de discípulos también. Para saber lo que tiene que hacer un discípulo tenemos que ir al libro de Los Hechos. Allí podemos leer sobre Pedro, Esteban, Felipe, Pablo, que son los personajes principales.

COMO FUNCIONA UN DISCIPULO

En Hechos cap. 10, vemos como los discípulos por primera vez entregan el mensaje a los gentiles. Nosotros hoy podemos experimentar lo mismo.

En Hechos 8 vemos que Felipe hacía cosas sencillas y prácticas en la iglesia, como por ej. poner las mesas. Luego por la persecución salió hacia Samaria, y el Espíritu Santo lo envió a otro lugar… Nosotros hoy podemos experimentar lo mismo.

En el cap. 9 leemos sobre la conversión de Pablo. El vers. 10 dice que Dios le habló a un discípulo llamado Ananías, no era un apóstol, ni profeta, era un discípulo. Ese día tuvo una visión y fue guiado por el espíritu, escuchó hablar a Dios, sanó a un enfermo, guio a alguien a la salvación, bautizó a alguien en agua y bautizó con el Espíritu Santo (ese fue un día en la vida de Ananías), seguramente tuvo más experiencias como esa. Nosotros podemos hacer lo mismo.

Podemos hacer todo esto y más, porque no se trata de quiénes somos sino de ser un discípulo de Cristo. Mi diario debiera verse como el libro de los Hechos. Si no es así, algo anda mal. No debemos compararnos con nuestro entorno sino con la Palabra de Dios. Tenemos que ver quiénes somos en Cristo y experimentar servirle como discípulo de Él.

CONOCIMIENTO VS OBEDIENCIA

La obediencia y el conocimiento debieran estar en el mismo nivel. Pero en las iglesias el conocimiento está muy por encima de la obediencia, porque hay temor, porque nadie nos ha mostrado en la práctica lo que tenemos que hacer. No tenemos que ser perfectos ni tener todo el conocimiento para ser discípulos, para actuar.

En los distintos movimientos de reforma se le dio la mayor importancia a la enseñanza, pero Jesús no dio solo enseñanza, sino modo de vida. La enseñanza no cambia a la gente, solo da conocimiento. El tema es que tenemos mucho conocimiento, pero poca obediencia. El hacer las cosas a través de la obediencia es lo que nos transforma.

En 2 Corintios 3:18 dice “Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a Él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen”.

En Santiago 1:23-24 dice “Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; te ves a ti mismo luego te alejas y te olvidas como eres. Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia”.

AUTOEVALUACION

Él quiere transformarnos y para esto debemos mirarnos en el espejo para ver si progresamos. El espejo es la Palabra de Dios. Nos olvidamos de lo que escuchamos, pero no de lo que hacemos. Para ser transformados tenemos que actuar en base a lo escuchado. Para producir un cambio tenemos que poner en acción la palabra, de la manera que Jesús lo hizo.

Primero obediencia, después conocimiento. ¿Por qué? Porque nosotros recordamos:

  • 10% de lo que leemos

  • 20% de lo que oímos

  • 30% de lo que vemos

  • 50% de lo que oímos y vemos

  • 70% de lo que nosotros mismos decimos

  • 90% de los que nosotros decimos y hacemos.

Dios no nos va a juzgar por lo que sabemos sino por lo que hacemos. Es mejor saber menos y hacer lo que sabemos, que saber mucho y no hacer nada. El mayor problema para hacer es el temor, pero quiero recordarte algo. Nosotros somos más que vencedores y debemos levantarnos en fe y hacer lo que hay que hacer.

Quiero animarte a que sigas leyendo la palabra y pongas la misma por práctica.

Quisiera invitarte a que puedas leer el libro de Hechos y veas cómo los discípulos aprenden y hacen. Nosotros estamos llamados a hacer lo mismo. Leer y hacer, leer y hacer, leer y hacer. Si lees y no haces entonces algo estará mal. Llevemos el evangelio a la acción. ¿Cómo te sentís con esto?