Arrepentirse y ser Bautizados


LECCION 1

EL ARREPENTIMIENTO

TEXTO BASE: Marcos 1:1-15

Sea que hayas tomado una decisión de fe de seguir a Jesús o te hayas reconciliado recientemente con El, deseo compartirte algunos pensamientos que encontramos en la Biblia de lo que significa seguir a Jesús y ser salvos.

¿Eres salvo? ¿Qué significa? ¿Cómo sigo a Jesús? ¿Qué debo hacer? Son preguntas naturales que todos tienen al comienzo de su andar con Dios. Para responder estas preguntas simplemente tenemos que leer la Biblia en el libro de Hechos de los Apóstoles donde nos menciona qué hicieron los discípulos de Jesús una vez que Jesús ascendió al cielo y ya no estaba con ellos físicamente.

La Palabra de Dios nos cuenta que Pedro inspirado por Dios se juntó con otras personas y les habló de quien era Jesús y lo que había hecho por ellos. Luego les habló de “arrepentimiento” y el “bautismo” por aguas y por el Espíritu Santo. También les habló de Conocer a Dios.

¿CÓMO CONOCER A DIOS?

Conocer a Dios no se realiza en dos minutos, se necesita toda una vida. En el evangelio de San Juan 3:4 nos dice que si vivimos en pecado no conocemos a Dios, aunque seamos un sacerdote. En otras palabras, para conocer a Dios y ser guiado por el Espíritu Santo hay que vivir una vida de santidad.

Santidad no significa estar viviendo en un monasterio, sino que significa separarnos para Dios, vivir como Él quiere que vivamos y no como vive todo el resto de la sociedad donde no gobierna Dios sino el egoísmo y el YO.

Necesitamos conocer a Dios, ser guiados por el Espíritu Santo y vivir una vida de santidad que requiere temor de Dios y arrepentimiento.

¿DE QUÉ SOMOS SALVOS?

Ahora, ¿De qué somos salvos? ¿Del Infierno? No, somos salvos del pecado. El pecado conduce al infierno (Mateo 1:21 “Y lo llamarás Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados”). ¿Qué significa esto? No se puede ser salvo y vivir en pecado pues esto es incompatible.

En Hechos 2:38-39 Pedro dijo: primero “arrepiéntanse”, segundo: “sean bautizados para perdón de pecados” y luego recibirán el Espíritu Santo. Jesús dijo en Mat. 4:17 “Arrepentíos”. Y eso es lo que dijo Pedro.

La salvación es un paquete, es un combo que se compone de estas tres acciones: Arrepentimiento, Bautismo en Agua y Bautismo en el Espíritu Santo, y para esto se necesita fe y obediencia.

Debemos creer no solo que Jesús vivió en la tierra y es el hijo de Dios sino creer en las palabras que él habló. La fe es serle fiel, o sea que, el que cree se va a bautizar y va a recibir el Espíritu Santo, porque la fe bíblica es obediencia.

El arrepentimiento es alejarse del pecado y recibir un nuevo corazón. El arrepentimiento es dar la espalda a la manera en que vivimos para caminar en los caminos de Dios y esto realmente es un giro de 180 grados. El arrepentimiento no es un sentimiento de culpa sino un caminar hacia Dios. Dejar atrás el pasado.

 

 

LECCION 2

EL BAUTISMO EN AGUAS

TEXTO BASE: Hechos 2:37-42

En el arrepentimiento uno comienza a ser salvo, tienes un corazón nuevo, pero esto no es suficiente. Hay que obedecer la palabra de Jesús y bautizarse, enterrar la vieja vida y nacer a una nueva vida en Cristo.

Para entrar en el reino de Dios necesitas nacer de nuevo, del agua y del espíritu (Lo dijo Jesús en Juan 3:3 y Marcos 16:15-16; 1 Pedro 3:20-21, Hechos 2:36-40). Cuando la gente se arrepiente debe ser bautizada. ¿Por qué? Porque la salvación es por fe, pero la fe es obediencia a lo que Jesús dice.

LA IMPORTANCIA DEL BAUTISMO

Lo que hacemos en el mundo físico tiene relación con el mundo espiritual y viceversa. Por este motivo decimos que el bautismo tiene el poder en Cristo para lavar y limpiar nuestros pecados.

Jesús desea que seamos libres de la esclavitud del pecado. Por eso dice en Juan 8:31-36 “y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. Jesús cuando habla de ser libres habla de ser libres del pecado.

Hay una ley que es la ley del pecado y de muerte y se comporta como la ley de la gravedad. Podemos decir que no creemos que si tiramos un objeto al aire éste caerá, pero aunque no creamos caerá igual. De la misma manera sucede con el pecado. Es una carga que nos atrapa y de la cual debemos ser libres.

Como con la ley de La gravedad, la ley del pecado hace que nos levantemos y volvamos a caer una y otra vez. Pero cuando somos libres de la ley del pecado entonces experimentamos la verdadera libertad.

EL BAUTISMO: ¿UN SIMBOLO?

En Romanos 6:3-4 nos habla del bautismo y nos dice que es más que un símbolo. El bautismo nos libra de la ley del pecado y de la muerte. De eso trata el bautismo en agua, de la libertad. No se puede vivir esa vida si no se está bautizado en agua.

Cabe la aclaración que no bautizamos a los niños porque el bautismo se da en personas a partir de que éstas empiezan a pecar. El pecado está en la voluntad nuestra y un bebé que recién nace no tiene voluntad de pecar. Está limpio al nacer porque no está despierta su conciencia. El que quiere bautizarse debe tener la edad suficiente como para reconocer que desea hacerlo.

Por último, en Hechos 8:35 nos cuenta una historia de Felipe y el Etíope y dice: “Entonces, comenzando con esa misma porción de la Escritura, Felipe le habló de la Buena Noticia acerca de Jesús. Mientras iban juntos, llegaron a un lugar donde había agua y el eunuco dijo: ¡Mira, allí hay agua! ¿Qué impide que yo sea bautizado?. Ordenó que detuvieran el carruaje, descendieron al agua y Felipe lo bautizó”.

La misma pregunta deseo hacerte en esta sesión. Si no fuiste bautizado ¿Qué impide que lo hagas? Adelante! es una oportunidad enorme para que Dios te de libertad sobre las ataduras del pecado. Dios te bendiga.

 

 

LECCION 3

EL BAUTISMO CON EL ESPIRITU SANTO

TEXTO BASE: Hechos 2:1-21

En el libro de los Hechos vemos como se iba formando y construyendo la iglesia del Señor y como el Espíritu Santo era parte fundamental de ese movimiento llamado iglesia.

Es importante para nosotros reconocer el mover de Dios y basarnos en el espíritu y la verdad.

¿Cuándo recibimos el Espíritu Santo? Lo recibimos cuando nos arrepentimos de corazón y comenzamos a caminar con Dios. Pero también la Palabra de Dios nos habla de que necesitamos un bautismo del Espíritu Santo. Hay una diferencia entre llegar a la fe por el Espíritu Santo y ser bautizado por el Espíritu Santo.

En Mateo 3:11 Juan dice: “Jesús bautizará con Espíritu Santo y Fuego…”. Después que resucitó Jesús se apareció a sus discípulos (Hechos 1:1-8) y dice las mismas palabras de Juan, y así pasó en el día de pentecostés (Hechos 2:16-18). Era algo que estaba profetizado.

¿QUIENES PUEDEN RECIBIRLO?

En el Antiguo Testamento solo el sacerdote podía entrar en la presencia de Dios, pero ahora Dios hizo algo diferente, derramó su espíritu a “Todas” las personas que se arrepintieron.

El espíritu de Dios sería derramado en cada persona. En Hechos 2:38-39 dice “es para ustedes y para toda persona en el futuro”, para que profeticen, tengan visiones, hablen en lenguas, tengan sueños, sanen enfermos.

El bautismo en el Espíritu Santo no es algo extra. Recibir el Espíritu Santo en la primera iglesia era algo normal, era parte de ella. Veamos cómo se ha producido:

La primera vez que el Espíritu Santo vino sobre ellos fue en pentecostés, podemos leer la historia en Hechos 2, y todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo y todos los 3000 que se sumaron luego también.

¿CUAL ES LA EVIDENCIA?

En Hechos 8:15-16 vemos que en ellos solo estaba el arrepentimiento, se bautizaron en aguas y luego fueron llenos del Espíritu Santo. ¿Cómo sabían que estaban siendo bautizados por el Espíritu Santo? Porque siempre hay una señal. Ellos comenzaron a hablar en nuevas lenguas.

Cuando un vaso está lleno y se agrega más líquido, va a rebalsar, eso pasa en nosotros, que de nuestro ser más profundo sale el fluir de Dios como ríos de agua viva y sale también por la boca hablando en nuevas lenguas porque las lenguas manifiestan lo que hay en el corazón.

En 1 Corintios 14:2-3 “los otros no entienden…”, porque hay distintos tipos de lenguas, y es un don personal no para los demás sino para nosotros.

El hablar en lenguas nos ayuda a obtener una revelación, y no es necesario hablar fuerte porque es entre Dios y yo. O puede alguien hablar fuerte y entonces ser interpretado y si entra en esa habitación o congregación un no creyente que no entiende se le explica, y entiende fácilmente y se convierte porque el hablar en lenguas es una señal para él.

Dios nos mandó a bautizar con el Espíritu Santo imponiendo las manos; es Dios quien lo hace, pero necesita de nosotros. Una forma simple de hacerlo es tomarle las manos a la persona y decirle que ore después de uno. Simplemente oramos y el Espíritu Santo viene, tienen que abrir la boca y empezar a hablar. A veces parece que viene de la cabeza, pero cuando se rompe el temor a hablar el Espíritu nos llena y comenzamos a hablar en nuevas lenguas como la iglesia primitiva.

¿Por qué? Porque la promesa es para todos.